Nuestra historia

Mucho más,
allá de mi ventana,
mi esperanza jugaba
a una flor, a un jardín,
como esperando abril…

Silvio Rodríguez

Aunque la fundación fue en abril de 1990 la idea se venía gestando desde algunos años antes. Compartir, convivir y trabajar con y para las niñas y los niños fueron definiendo el camino, “no era posible que a finales del siglo XX existieran tantas injusticias, tantas disparidades, tanta insensibilidad social”, decíamos.

Pudiese parecer una coincidencia, pero paralelo al surgimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño (y la Niña) en noviembre de 1989 comenzamos a concretar lo que  a gritos la realidad nos exigía: organizarnos, independizarnos y definirnos por una de las causas más hermosas que es la lucha por cumplir y hacer cumplir los derechos de las niñas y los niños.

El abril de una nueva década, significó la llegada a una nueva etapa de nuestras vidas, y después de algunos años de vida institucional decidimos constituirnos como una organización de la sociedad civil, y bien decíamos que no éramos una organización no gubernamental (ONG) porque no podíamos definirnos por lo que no éramos, sino que nuestra identidad tenía que construirse desde lo que queríamos ser: ciudadanas y ciudadanos que asumíamos nuestro compromiso por la promoción y defensa de niñas, niños y adolescentes.

Y nos bautizamos con un nombre largo, como queriendo mostrar en el todos nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestras esperanzas…. Investigación y Educación Popular Autogestiva, fue nuestro nombre pero también nuestra convicción.

Seguimos nuestro camino mirando que después de 30 años siguen prevaleciendo aún grandes injusticias y disparidades, la violencia se ha apoderado de muchos espacios tanto de la vida privada como de la pública, violencia engendrada desde la pobreza y la injusticia, violencia que amenaza la vida de las niñas y los niños del mundo.

Y ante la violencia seguimos adelante sin perder la esperanza y el deseo de caminar, porque sabemos y lo hemos comprobado que hay cada día más niñas, niños, adolescentes y jóvenes que se rebelan ante los sistemas que van en contra de la dignidad humana.

Celebramos que seguimos en el mismo camino llenos de alegría y esperanza junto con todas aquellas personas, tan queridas, tan amadas que han sido parte de este sueño. Sepan todas que lo que hoy somos es gracias a su corazón, a su compromiso, a su lucha… estuvieron y están, nuestro corazón les celebra y agradece.

Siempre se les amará mucho…